¿QUIÉN DEJÓ ENTRAR A ESTE HOMBRE?

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Por Eivert Caridad Fernández.

En Venezuela, la costumbre de  asistir a una fiesta sin ser invitado es algo normal. De hecho, es casi seguro de que conozcas a alguien que haya ido a una fiesta sin ser invitado, o es probable que hasta tú hayas hecho lo mismo. Lo cierto es que tal hábito no es nada nuevo. La Biblia nos muestra una parábola sobre un Rey, una boda, unos invitados y un hombre que no estaba vestido para la ocasión.

La idea de este artículo no es hacer una exégesis sobre la parábola, pues ya muchos comentaristas lo han hecho. La idea es resaltar un elemento que siempre me ha llamado la atención, y que me ha llevado a investigar las diferentes versiones de los teólogos, algunas de ellas bastante divertidas, pero otras muy súper espiritualizadas.

Veamos el pasaje bíblico que se encuentra en Mateo 22:1-14:

“Respondiendo Jesús, les volvió a hablar en parábolas, diciendo: El reino de los cielos es semejante a un rey que hizo fiesta de bodas a su hijo; y envió a sus siervos a llamar a los convidados a las bodas; mas éstos no quisieron venir. Volvió a enviar otros siervos, diciendo: Decid a los convidados: He aquí, he preparado mi comida; mis toros y animales engordados han sido muertos, y todo está dispuesto; venid a las bodas. Más ellos, sin hacer caso, se fueron, uno a su labranza, y otro a sus negocios; y otros, tomando a los siervos, los afrentaron y los mataron. Al oírlo el rey, se enojó; y enviando sus ejércitos, destruyó a aquellos homicidas, y quemó su ciudad. Entonces dijo a sus siervos: Las bodas a la verdad están preparadas; más los que fueron convidados no eran dignos. Id, pues, a las salidas de los caminos, y llamad a las bodas a cuantos halléis. Y saliendo los siervos por los caminos, juntaron a todos los que hallaron, juntamente malos y buenos; y las bodas fueron llenas de convidados. Y entró el rey para ver a los convidados, y vio allí a un hombre que no estaba vestido de boda. Y le dijo: AMIGO, ¿CÓMO ENTRASTE AQUÍ, SIN ESTAR VESTIDO DE BODA? Más él enmudeció. Entonces el rey dijo a los que servían: Atadle de pies y manos, y echadle en las tinieblas de afuera; allí será el lloro y el crujir de dientes. Porque muchos son llamados, y pocos escogidos”.

Lo que quiero que veamos es el hecho de que en la fiesta había un hombre que no estaba vestido para la ocasión, y es de eso que quiero hablar un poco.

De todos los comentarios y sermones que he escuchado, recuerdo leer uno (no me acuerdo en dónde) que explicaba que para entrar a una boda había que estar vestido con una vestimenta particular, y que todos los invitados vestían de forma parecida.

Ahora, aquí viene una de las preguntas que yo siempre le he hecho al texto bíblico y que siempre me ha llamado la atención.

¿Cómo es posible que ese hombre haya entrado a la fiesta y en la entrada no le llamaron la atención sobre su vestido? ¿Cómo es posible que fuera el Rey quien se dio cuenta y no el portero (en el caso de que hubiese uno, jeje)?

Aquí va un principio espiritual basado en una suposición mía, muy personal, pero que nos llevará a entender uno de los principios espirituales más importantes de toda la Biblia.

Analizando la parábola, específicamente el episodio cuando el Rey ve a un hombre vestido de bodas, me inclino a pensar que este personaje NO ENTRÓ POR LA PUERTA, es decir, tuvo que haber entrado por otra parte, pues si hubiese entrado por la entrada principal, es casi seguro que no lo hubiesen dejado pasar. ¿Por qué digo esto?, pues por la  pregunta que se le hace al hombre. Veamos lo que el Rey le dice a este personaje:

¿Cómo has entrado, sin estar vestido de bodas?

En pocas palabras, el Rey lo que estaba diciendo es: ¿quién te dejó entrar así? Lo que me hace pensar que este tipo no entró por la puerta principal. Claro, esto es una parábola, y Jesús no dice nada al respecto, pero sí nos enseña que para entrar a la boda hay que estar vestido para la ocasión.

¿Qué nos enseña esto?

Que así como este hombre que no estaba vestido de bodas, hay muchas personas que quieren ir a la fiesta del reino de los cielos sin estar vestido correctamente, y   sin pasar por la puerta principal.

Y la pregunta es: ¿Quién es la puerta principal? La respuesta la encontramos en Juan 10:9

Yo soy la puerta; el que por mí entrare, será salvo; y entrará, y saldrá, y hallará pastos”

Jesucristo es la puerta. Nadie puede asistir a la fiesta de la salvación sin entrar por la puerta que es Cristo, el Salvador.

Ese es el principio que les quiero enseñar. No hay otro camino, no hay otra puerta, no se puede entrar por otro lado y burlar la seguridad. Seguramente el Rey se dará cuenta que no entraste por la puerta (Jesucristo) y que no estás vestido para la ocasión (nuevo nacimiento, santidad, regeneración).

Publicado por

eivertcaridadblog

Peregrino, esposo, padre y maestro de Biblia.

Un comentario en «¿QUIÉN DEJÓ ENTRAR A ESTE HOMBRE?»

  1. muy bueno la enseñanza, Jesucristo la puerta por donde todos tienes que dar sus pasos para ir por ello,esta bien en claro,que podemos creer en multitud de dioses, pero si venimos y entramos por esa puerta que tiene el Reino(que es Jesucristo),nadies entrara a la gloria de Dios

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