PRESTA ATENCIÓN

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Cada obra…

Cada palabra…

Cada acción…

Cada intención…

Cada predicación…

Cada alabanza…

Cada oración…

Cada ofrenda…

Cada post…

Cada tuit…

Cada una de las cosas que hicimos, que estamos haciendo y que vamos a hacer, algún día serán probadas para ver con qué intención las hicimos. Oremos para que podamos hacer todas las cosas para glorificar a Dios.

 “…la obra de cada uno se hará manifiesta; porque el día la declarará, pues por el fuego será revelada; y la obra de cada uno cuál sea, el fuego la probará” 1 Corintios 3:13.

 @Eivert

UN GRAN MANDAMIENTO

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Por Eivert Caridad Fernández

“Oye, Israel: Jehová nuestro Dios, Jehová uno es.  Y amarás a Jehová tu Dios de todo tu corazón, y de toda tu alma, y con todas tus fuerzas.  Y estas palabras que yo te mando hoy, estarán sobre tu corazón; y las repetirás a tus hijos, y hablarás de ellas estando en tu casa, y andando por el camino, y al acostarte, y cuando te levantes. Y las atarás como una señal en tu mano, y estarán como frontales entre tus ojos; y las escribirás en los postes de tu casa, y en tus puertas»  Deuteronomio 6:4-9

El libro de Deuteronomio (Devarim)  es considerado por los estudiosos de la Biblia como “La segunda Ley”.  Es un repaso, una larga y vibrante exhortación destinada a «recordar» a Israel el sentido y las exigencias de la Alianza dada por Dios a través de Moisés.

Cabe destacar que este libro es dirigido a la generación que entraría a la tierra prometida, es decir, a los hijos de los que salieron de Egipto, aquellos que no fueron víctimas de la muerte en el desierto por las consecuencias de la desobediencia y la incredulidad de los espías (Ver Números 13-14).

En ese episodio, Moisés envía 12 hombres a echar un vistazo a la tierra prometida con el fin de dar un reporte de lo que en ella había. Lo triste es que 10 de los 12 hombres dieron un reporte pesimista que produjo que Dios se enfureciera. Ese acontecimiento hizo que todo el pueblo muriera, a excepción de Josué, Caleb  y los menores de 20 años.

UNA NUEVA GENERACIÓN

En Deuteronomio 6 hay un llamado a la entrega total que la nueva generación debía acatar, observar y practicar. Ellos tenían que saber varias cosas, entre las cuales están:

  • Que sus padres murieron por no acatar las instrucciones de Dios.
  • La responsabilidad de ser los comisionados para entrar a la tan deseada Tierra Prometida.
  • Las posibles consecuencias que experimentarían si no obedecen a las instrucciones de Dios.

Esta  generación de jóvenes sabía  que sus padres murieron por no obedecer a Dios, y en ese sentido, tenían a su favor el historial fatídico de la desobediencia de los espías. En ese contexto, Moisés da las instrucciones concedidas en Deuteronomio 6, con el fin de que se enseñase, para que se pusiera por obra en la tierra prometida; para que se aprenda a temer al Todopoderoso, guardando todos sus estatutos y sus mandamientos, tanto para ellos, como para sus hijos, y para las futuras generaciones. Se debía hacer todos los días para que sus vidas fueran largas y fructíferas.

Veamos algunas de las cosas que la nueva generación debía hacer:

  • Reconocer el Señorío de Dios Todopoderoso.
  • Amar a Dios por encima de cualquier cosa.
  • Enseñar a los hijos de generación en generación las instrucciones de Dios.

Haciendo un  recorrido bíblico por los acontecimientos sucedidos después de la promulgación de los mandamientos dados a la nueva generación, nos damos cuenta que estos jóvenes que entraron a la tierra prometida NO CUMPLIERON en obedecer a Dios.

¿Cómo sabemos eso? Después de la muerte de Moisés, Dios escogió a Josué como sucesor, pero luego de su muerte no había nadie que se encargara del pueblo. Cuando Josué muere,  Israel  entró  en un  periodo de desobediencia que los alejó de Dios repetidamente, lo cual se convirtió en uno de los tiempos más oscuros de su historia.

La desobediencia, cuyas consecuencias las podemos ver en Deuteronomio 28:15-68, y que incluye un castigo que tiene que ver con ser NUEVAMENTE esclavos de entes extranjeros,originó que de vez en cuando Dios levantará Jueces, es decir,  líderes quienes libraban al pueblo de sus enemigos.

POR QUÉ OCURRIÓ LO QUE OCURRIÓ

La principal causa de la esclavitud en el tiempo de los Jueces fue porque los padres no les enseñaron las instrucciones de Dios a sus hijos, a los hijos de sus hijos y así sucesivamente.

Después de la generación de Moisés, la nueva generación no se preocupó por enseñar el libro de la Ley (Biblia/Torá) a las siguientes generaciones, y eso originó una juventud alejada completamente de los principios divinos.

PARA MEDITAR…

¿Por qué los cristianos no hacemos caso a las instrucciones de Deuteronomio 6? ¿Por qué los padres no nos preocupamos por enseñar la Biblia a nuestros hijos? Una de las razones por la cual hay tantos hijos de creyentes apartados, apáticos y desobedientes, es porque los padres no se preocuparon por tomarse un tiempo para enseñarles la Biblia.

No podemos darles la responsabilidad de la educación cristiana a los maestros de las escuelas bíblicas. Llevar a los hijos a iglesia para que sean instruidos es bueno, pero nada puede superar a la educación que se fomenta desde el hogar. Debes tener en cuenta que el ministerio más importante que tiene un creyente es su familia. No pretendamos que otros hagan lo que nos toca a hacer a nosotros.

Si queremos que la generación de la cual nuestros hijos forman parte sean exitosos, debemos enseñarles los principios bíblicos a nuestros hijos, guiándolos a que obedezcan las instrucciones de Dios.

Hoy podemos comenzar. ¿Te animas?